jueves, 26 de marzo de 2009

El juego de tu vida o el juego de destruirla

El año pasado comenzaba en Tele 5 un programa de esos del polígrafo donde el morbo y el escándalo están servidos. Todo el mundo me hablaba de él, pero fue este año cuando lo descubrí. La mecánica seguro que la conocéis, a saber, un invitado se somete a 21 preguntas sobre su vida y según va subiendo de nivel se puede llevar más dinero a la par de que las preguntas se van haciendo más fuertes y más comprometidas. Eso sí: en el momento de que mientan en una pregunta, lo pierden todo (después de haber quedado al descubierto todas sus flaquezas y secretos).


El premio máximo es de 100.000 euros, pero según se alcanzan 1.000 euros, 5.000 o 40.000 te puedes plantar. Pero claro, todos quieren llegar a más y más y llevarse cuánto más dinero mejor. Pero, después de haber visto varíos programas te das cuenta que el 99% no se lleva ni un duro a no ser que sean listos y se planten con lo ganado hasta ese momento.


Llevo visto de todo; así que recuerde: una mujer casada con un hombre por el que no sentía nada ya que en realidad le iban las mujeres; hombres que ponen los cuernos a sus parejas (eso a montones) y que después de quedar como auténticos golfos y, supongo que con un matrimonio roto, lo pierden todo por mentir ante una pregunta idiota.


Las preguntas son muchas veces afirmaciones, ya que preguntar a alguien si es verdad que ha mantenido relaciones sexuales en un cementerio, no es más que recalcar algo que ya se da por hecho.


Por lo visto, antes del programa les hacen 200 preguntas con un polígrafo donde ya sacan sus verdades o mentiras. Luego, esas 21 preguntas no son más que un resumen de las otras, pero hechas de otra manera. En realidad, no sé muy bien la mecánica que siguen para poderles pillarles en un renuncio, pero supongo que les harán preguntas hechas de distintas formas, para poder sacar si mienten o no.


Ya os digo que el morbo está servido, ya que son siempre gente con una vida poco convencional y que van ahí para contar sus miserias delante de varíos familiares (muchas veces éstos son puestos en evidencia ante las respuetas del concursante). Se trata de decir la verdad, aunque duela y claro, muchas veces no se atreven a tanto y mienten... ¿pero hasta que punto han mentido o no? ¿no puede ser que el polígrafo el que falle? Al fin y al cabo muchas veces nos creemos nuestras propias mentiras. Además, hay ocasiones en que las verdades no son del todo categóricas y no son más que medias mentiras. Y no digamos, cuando hay sentimientos por medio: ahí muchas veces ni nosotros mismos sabemos si mentimos o decimos la verdad. ¿Nos tenemos que creer que el polígrafo lo sabe todo?


Según me fui haciendo más asidua, empecé a olerme que esto de "El juego de tu vida" es más bien "El juego de la sospecha". Porque está visto, que si dices siempre sí a preguntas morbosas, el juego sigue. Pero si dices que no, aquello se acaba... Aunque visto lo de ayer, esto no siempre es así y como lo de los 100.000 euros es mucho dinero, con dar la pregunta por no válida, se cargan al concursante y punto (y adiós todo el dinero ganado y adiós a los 100.000 euros).


Ayer la concursante era una chica de 19 años, casada y embarazada de poco tiempo. La acompañaban su hermano, su madre y suegra y por supuesto, su marido. Después de admitir que había sido infiel a su pareja, que prefería cotillear que mantener relaciones sexuales con él y que prefería callarse lo que opinaba de su suegra, ya que le podía hacer llorar, entre otras perlas como que le gustaba que su pareja se metiera drogas, llega tan féliz a la última pregunta y decide no plantarse. La presentadora (se me olvidaba decir que es la gran Emma García, esa mujer que presenta todo lo mejor de la cadena) trata de animarla para que se vaya con lo ganado ya que la pregunta puede ser muy escabrosa, pero no le hace caso. Cuando lanza la pregunta, ésta no es otra que si permitiría a su suegra que viviera con su marido y con ella. Vamos que hasta pensé si no sería una broma, ya que de entre todas las preguntas, ésta fue la más suave. Y claro, sonaba a regalo, porque después de todo lo dicho sobre ella, era evidente la respuesta. La chica contesta que no con rotundidad.... segundos de espera y la voz en off que dice "eso es mentira" ¡¡¡ohhhhhh!!! ¿Nos tenemos que tragar que después de su odio confesado hacia la madre política permitiría que viviera con ella? Y si hubiera dicho que sí ¿le hubiera salido que era verdad? ¿acaso la chica quiere vivir con su suegra para hacerle daño? Amigos, esto huele a tongo, así que no lo volveré a ver más.


sábado, 21 de marzo de 2009

Esos olores....

Escribir un post sobre olores, digamos que es un poco "heavy", ya que describir un olor es tarea complicada. De los 5 sentidos, el olfato es el más sutil, donde priman más las sensaciones que la cosa en sí. Muchas veces, el olor nos gusta porque nos recuerda a alguna situación concreta de nuestra vida y lo relacionamos. Estuve evocando cuáles son mis olores y me salieron estos:

A kikos: Ese maíz frito que sólo con olerlo, ya te apetece comprar una bolsa y empezar a masticar y masticar. A veces, la clase olía a ellos, ya que algún compañero andaba con ellos de aperitivo. Un aperitivo nada discreto que huele a fritura y que me evoca a mis recreos de la adolescencia donde mezclábamos kikos, chicles, triskis… Ese olor a sal y esos kikos k los manchaban todo.
















A detergente: Ese olor a limpio que me recuerda a mi casa de Inglaterra que estrené. Cada vez que paso por el pasillo de droguería del supermercado, evoco esa época. Es una sensación de limpieza y orden, que me da tranquilidad.












A cloro de la piscina: Este olor me recuerda a la piscina de mi infancia. También es un olor a limpieza y a desinfección. Y mezclado con el olor a bronceado, es el nova más. Es el olor del verano, de la diversión; un olor que se mezcla con el sonido de las zambullidas en el agua.









A palomitas: Otro olor a maíz frito como los kikos. Un olor que alimenta y que te recuerda a las tardes en el cine, con la coca-cola (un cine que desaparece poco a poco por las tecnologías). Hay quien dice que es más el olor que el sabor en sí de las palomitas, pero eso de ir por la calle y oler a palomitas, no tiene precio.



A churros: Oler a churros es oler a diversión, a fiesta de verano. También es oler a invierno, a calor de cafetería y a chocolate.





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